Son múltiples los testimonios de las propiedades curativas de estas aguas cristalinas que brotan directamente de una roca, la fuente empezó a ser visitada cada vez por más personas procedentes de distintas localidades, hasta que el propietario del terreno construyó en el lugar un pequeño santuario.
Más adelante, a una hora en carro de Sapalache, existe una catarata más pequeña llamada el Agua del Carmen, ubicada a un costado de la carretera, a la que también se le atribuyen propiedades curativas.
Después la carretera empieza a bajar en dirección noreste, hacia el pueblo agrícola de El Carmen de la Frontera, ubicado a dos horas en carro desde Sapalache y rodeado por cultivos de caña de azúcar y café: existe una zona de montaña o ceja de selva, que sería oportuno dotar con un mínimo de infraestructura para alentar la práctica del ecoturismo.
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